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Existen lugares en el mundo, por ejemplo en Australia, donde equipos de expertos recorren el país con el fin de grabar las diferentes voces de los aborígenes, cuya cultura no emplea la escritura, ante el temor de que desaparezcan. Aquí, los "expertos oficiales", trabajan para todo lo contrario: para ver si esa puñetera forma de hablar y de sentir que tienen los andaluces no se vuelve a oír más o, si se oye, que sea porque la hablan entre ellos (los jodíos), que ya se entenderán. Son maneras diferentes de tratar a una cultura, muy diferentes porque, como ya se sabe, los australianos se encuentran en nuestras antípodas.

Dicen las buenas lenguas que la enfermedad del nacionalismo se cura viajando. Pues bien, hagámosles caso, apliquemos el remedio: están ustedes invitados a conocer Andalucía. A usted, que nos comprende, para que ratifique que somos un pueblo abierto, humano, solidario, universal, sabio, acogedor, sin fronteras, .... y a usted, nacionalista de donde sea, que nos desprecia, que nos niega nuestra historia, nuestra lengua, nuestra cultura, a ver si, conociéndonos, recibe la influencia de un pueblo milenario, tolerante por naturaleza, que ha sabido abrir sus puertas a todo el que ha llamado a ellas.


domingo, 18 de agosto de 2013

EXPLOSIÓN DE UN POLVORÍN DE LA ARMADA EN EL CÁDIZ DE 1947


Mapa que muestra donde explotaron las minas y la intensidad de la onda expansiva



Hoy se cumplen 66 años de una tragedia

Efectivamente, el día 18 de agosto del año 1947 se produjo la explosión de un polvorín de la Armada en Cádiz. La magnitud de la explosión fue tal que el fogonazo pudo verse desde el acuartelamiento militar español ubicado en Monte Hacho (Ceuta). Se formó una nube de hongo visible desde toda la Bahía de Cádiz, Huelva y algunos pueblos de Sevilla. El ruido de la explosión fue oído hasta en la propia capital hispalense, e incluso hasta en Portugal donde creyeron que se trataba de un temblor sísmico.





Una mujer herida es trasladada al hospital de san Juan de Dios


-Explosión y confusión inicial-


A las diez menos cuarto de la noche del lunes 18 de agosto de 1947, una detonación, provocada por unas 200 toneladas de trinitrotolueno, tiñó el cielo de un rojo intenso sobre la bahía de Cádiz, escuchándose una ensordecedora explosión que causó numerosas muertes y destruyó viviendas.

La onda expansiva arrasó el barrio de San Severiano, la Barriada España, los chalets de Bahía Blanca, el Hogar del Niño Jesús (Casa Cuna), el campo de la Mirandilla, el sanatorio Madre de Dios, los cuarteles y los astilleros de Echevarrieta y Larrinaga, en los que se produjeron explosiones menores. En la Casa Cuna murieron muchos niños y hermanas de la Caridad.

Numerosas casas de San Severiano resultaron destruidas

En los edificios de los alrededores fueron sepultadas familias enteras. El centro histórico se salvó gracias a la Puerta de Tierra, muralla que en 1947 disponía de un solo vano, que pudo amortiguar el empuje de la onda y evitar así que los daños y las víctimas fueran mayores.
El Vapor Plus Ultra, que había zarpado poco antes de la explosión desde la ciudad, y que se encontraba a 1.500 m, sufrió daños debido a diversos escombros de hierro que cayeron en la parte posterior del buque.

En un primer momento, las personas del lugar corrieron hacia el
cercano muelle creyendo que había volado el guardacostas "Finisterre", atracado con un cargamento de pólvora, pero se comprobó que estaba intacto. Entre la confusión, se corrió la voz por La Carraca de que lo que había volado había sido el crucero Méndez Núñez, hecho que pronto se desmintió.

-Origen de la explosión-

Almacén de minas numero 2, que no llegaron a estallar

La explosión había tenido lugar en una zona, entre Cortadura y las murallas de Cádiz, donde la Armada disponía de unos polvorines que contenían unas 1.600 cargas explosivas, minas en su mayoría torpedos y cargas de profundidad, pertenecientes a la Guerra Civil.
Salvo 491 de ellas que no explosionaron, las restantes reventaron prácticamente al unísono, provocando la mayor catástrofe que se recuerda en Cádiz desde el maremoto de 1755.

Dichas minas y cargas de profundidad llegaron a Cádiz en el año 1943 desde Cartagena y fueron estibadas en dos almacenes próximos entre sí en las instalaciones de la Base de Defensas Submarinas de la Armada. Durante el traslado se observó que el estado de las mismas era preocupante, pues su aspecto exterior evidenciaba un gran deterioro, con pérdida de material y exudación.

Aquí se ve el abombamiento de la puerta de la Catedral causado por la onda expansiva

-Actuaciones-


Para hacer frente a la catástrofe, se envió desde la ciudad vecina de San Fernando un equipo de auxilio en el que figuraba un grupo del Tercio del Sur de Infantería de Marina.


Las fuerzas de la Armada, Ejército, Infantería de Marina y la Guardia Civil, fueron empleadas principalmente en tareas de recuperación de los cuerpos de los fallecidos, rescate y traslado de heridos a los puestos de socorro, desescombro de las ruinas en busca de víctimas, extinción de incendios y protección de las viviendas destruidas o abandonadas para evitar su saqueo.

Inicialmente, llegó a correr el rumor de una nueva explosión procedente de otro de los almacenes de minas que no había explotado, cuyo cobertizo y parte de las paredes habían desaparecido por efectos de la onda expansiva, surgiendo además en sus inmediaciones algunos focos de fuego. Un joven teniente de Infantería de Marina, Francisco Aragón Ruiz, para tranquilizar a sus hombres y mostrarles que ya no había peligro, se sentó tranquilamente en una de las minas sin estallar y encendió un cigarrillo con una cerilla que rascó sobre ella.

 
 
El teniente del Tercio del Sur, don Francisco Aragón Ruiz, designado para reconocer la zona de las minas, esperó así como unos diez minutos por si se producía la explosión, y como ésta no tuviese lugar, pidió voluntarios, presentándosele todos sus soldados; elige a unos cuantos con dos cabos, llega al lugar siniestrado y, para animar y tranquilizar a los suyos, se dirige con toda calma hacia las minas que se temía que podían estallar, se sentó sobre una de ellas, lió un cigarrillo, frotó sobre la mina la cerilla para encender su pitillo y dijo: ¿Veis cómo no hay peligro ya? - Diario de Cádiz del 23/8/1947

Pero la acción verdaderamente más memorable de la noche se debió a la actitud heroica de un militar de rango a cargo de una improvisada tropa de marineros de reemplazo que, a riesgo de sus vidas, evitaron la explosión del Almacén de Minas Nº 2 que, recordemos, no llegó a estallar, pues sólo lo hizo el primero. En dicho almacén, que albergaba unas 98.000 kilos de trinitrotolueno (TNT), se había declarado un incendio cuyas llamas tocaban a una hilera de minas submarinas que suponían riesgo de una segunda explosión. El entonces Capitán de Corbeta Pascual Pery Junquera junto a un reducido grupo de marineros consiguió extinguir ese incendio empleando para ello los propios escombros y la tierra en que se habían convertido las instalaciones militares. El hecho fue providencial, aunque su importancia se fue diluyendo con el tiempo ante la gravedad de semejante acontecimiento y la prioridad del Estado español de acallar el asunto y minimizar su importancia por cuanto suponía de descrédito para el gobierno y el ejército.

Mientras Pery se batía con el incendio, por las calles de Cádiz se iban
voceando instrucciones a la población para que ésta, abandonando sus casas, se dirigiera hacia las playas cercanas ante la posibilidad de una segunda explosión que nunca tuvo lugar.

-Víctimas y pérdidas-


Las cifras oficiales, probablemente menores a las reales, estiman que
hubo unos 150 muertos, entre ellos 25 operarios de astilleros, más de 5.000 heridos y en torno a 2.000 edificios dañados, de los cuales 500 quedaron completamente destruidos. Algunos edificios representativos de la ciudad, como la Catedral, cuyas puertas se abrieron de golpe por la onda expansiva o el Gran Teatro Falla, sufrieron numerosos desperfectos. Las puertas de la plaza de toros resultaron arrancadas de cuajo. La zona extramuros quedó arrasada casi en su totalidad.

 
La versión de los distintos gaditanos entrevistados tras el suceso no coincide con dicha estimación, declarando que el número de víctimas, tanto mortales como heridas, fue mucho mayor que la cifra oficial.
Las principales industrias de la localidad resultaron destruidas, como Gas Lebón o los Astilleros de Echevarrieta y Larrinaga. Las instalaciones militares de la Armada del barrio de San Severiano, origen de la explosión, y otros cuarteles militares, como los de la infantería en el cercano barrio de San José, sufrieron importantes daños causados por la onda expansiva.

Diversas infraestructuras quedaron muy maltrechas, interrumpiéndose todos los suministros básicos y las comunicaciones a excepción del tráfico por carretera hacia el exterior de la ciudad. La vía férrea desapareció en el tramo a la altura de la Base de Defensas Submarinas; los postes del tendido eléctrico salieron, literalmente, volando, y se produjo un apagón general. La red de suministro de agua reventó, dejando sin abastecimiento a toda la población, y lo mismo ocurrió con las líneas telefónicas.

-Teorías-


La versión oficial cuenta que las minas almacenadas en el polvorín no estaban en buenas condiciones de conservación y, a consecuencia del calor, se produjo la primera explosión; también corrió el rumor de que fue un atentado contra la dictadura franquista presente en España en aquella época. Pero ni siquiera las investigaciones más recientes han podido clarificar las verdaderas causas.



 

Es un hecho que permanece muy vivo aún hoy en el recuerdo de muchos gaditanos. De vez en cuando, gracias a los investigadores y a los propios protagonistas o sus descendientes, se van conociendo nuevos datos y detalles acerca del suceso.

Fuente: Wikipedia






 






Aquí os dejo algunas de las fotos contenidas en el libro "Cádiz 1947. La explosión" de José Antonio Hidalgo Viaña

Vista aérea de la Base de Defensas Submarinas

A) Depósito de minas
B) Edifio desaparecido
C) Depósito de minas
G) Instituto hidrográfico
J) Sanatorio Madre de Dios

Tolosa Latour

2) Barrio de San Severiano
J) Sanatorio Madre de Dios
I) Casa Cuna

Vista de los Astilleros

A, B) Almacenes de la base militar
3) Cuartel de infantería
D) Taller de maquinaria de Astilleros
L) Puente de San Severiano

A) Deposito de minas
B) Edificio desaparecido
C) Deposito de minas
G) Instituto hidrografico
I) Casa Cuna
1) Casa de Varela

Al fondo, restos de la Iglesia de San Severiano, a la izquierda la Casa Cuna

Almacén afectado por la explosión

Altar Mayor de Santo Domingo en la Cuesta de las Calesas

Clínica doctor Sicre

Desperfectos en la puerta de la Catedral

Edificios afectados por la explosión en las cercanías de la Base de Defensas Submarinas

El chalet del General Varela

El ejercito colaboró en las labores de desescombro

El Sanatorio Madre de Dios

Interior de una vivienda afectada

La Casa Cuna

La explosión en el Diario de Cádiz del dia 20 de Agosto de 1947

La explosión en la prensa Nacional

La Iglesia de San Severiano se encontraba en construcción

La onda expansiva afectó a puntos neurálgicos de la vida industrial

La playa desde el balneario de la Victoria

Marineros de Defensas Submarinas, entre ellos alguno de los que apagaron el fuego en el almacén numero 2

Niños en uno de los campamentos de refugiados

Nuevo barrio de San Severiano en construcción

Operarios de rescate

Otro edificio destruido

Patio principal de la Casa Cuna

Proyecto para el nuevo barrio de San Severiano

Regiones Devastadas arregló las puertas de entrada a la Catedral

Una de las gradas del astillero

Uno de los pabellones destruidos del Instituto Hidrográfico

Vista aérea de Cádiz en 1947

Vista aérea de los Astilleros

E) Barco en construcción
F) Barcos fruteros en construcción

Vista de los Astilleros tras la explosión

Zona completamente destruida junto a Tolosa Latour


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